Avatar y la revolución de los efectos especiales.

Estrenada en 2009, Avatar supuso una revolución en la forma de utilizar diferentes efectos especiales y en especial su innovador uso del 3D. Con el estreno de “Avatar, el sentido del agua” el próximo 16 de diciembre no está de más revisar la cinta original.

Una propuesta ambiciosa 

Si hay algo que describe el proyecto de Avatar (James Cameron, 2009) es la palabra ambicioso. El realizador empezó a  concebir la cinta  en 1994 con un guión de tan solo 80 páginas. Tenía previsto empezar a rodar después de filmar Titanic (James Cameron, 1997).  Sin embargo, según el Director, la tecnología no estaba lo suficientemente desarrollada como para llevar a cabo una película de tales dimensiones. 

En 2005 el realizador empezó a trabajar sobre el idioma de los extraterrestres “Navi” de la película, tardando un año en escribir todo su vasto mundo ficticio y puliendo diferentes temas en el guión. Su presupuesto inicial era de unos 237 millones de dólares junto a 150 millones dedicados al marketing.  Fue una de las películas más caras de su año. Se convirtió en un éxito tanto de taquilla como de público gracias a la utilización de diversas tecnologías punteras en su momento:

Prevalece el CGI frente a la acción real: En una película como Avatar la imagen compuesta por ordenador prevalece a la imagen en movimiento, contando con un 60% de CGI frente al 40% de la imagen real. Esto no es sorprendente debido a que durante toda la cinta pasamos más tiempo en ese mundo tan bonito llamado Pandora, el cual fue construido por ordenador. 

Captura de Movimiento:  La técnica de captura de movimiento ayudó a construir de forma realista los movimientos de los personajes de la cinta. Esta captura de movimiento consiste en el almacenamiento digital de  los movimientos reales de las personas, a partir de un hardware y software específicos. Una vez realizados los diferentes movimientos, el software los traduce en información y termina de construir los movimientos de la persona en forma virtual. Esta técnica tan compleja se usa especialmente en el sector de los videojuegos para captar las diferentes expresiones y gestos de los personajes mientras se muestrea al actor.

Potencia del “Facial Capture”: Unido con lo anterior, otro de los aciertos de Avatar es la forma en la que se utilizó esta técnica, permitiendo captar las expresiones faciales con un nivel de detalle asombroso. Esta técnica consiste en la colocación de unos sensores en los actores reales, permitiendo hacer un registro de sus expresiones. El uso de una cámara con un objetivo  gran angular ubicada a centímetros de su rostro, permite  captar de la mejor manera posible las expresiones del actor y transformarlas para el personaje virtual.

Uso de una visión estereoscópica: Desde un principio Avatar fue pensada para explotar la visión estereoscópica.  Ésta consiste en usar dos cámaras que filman la misma escena pero de manera independiente dando una mayor sensación de profundidad.

 Utilización de procesadores y servidores de grandes prestaciones:  Para terminar, Avatar fue realizada con 40000 procesadores y 104 Terabytes de RAM en más de 4000 servidores Linux. La empresa encargada de todo este laborioso proceso fue Weta Digital, conocida mundialmente por su excelente labor en la trilogía del Señor de los Anillos de Peter Jackson. En esta ocasión, Weta Digital construyó un gran Data Center sólo para crear los efectos especiales de la cinta. 

Tras analizar las diferentes tecnologías usadas en el desarrollo de Avatar no debería de sorprendernos que 13 años después siga luciendo igual de fresca.  Esperemos que en su secuela “Avatar la Forma del Agua”, el equipo creativo nos sorprenda igual que en la primera película o incluso lleguen a superarse y marquen un nuevo estándar en el uso de los efectos especiales. 

Gustavo F. A.

Futuro cineasta. Amante del séptimo arte