Avatar:El sentido del agua/ El retorno de James Cameron 

El pasado 16 de diciembre de 2022 Avatar: El sentido del agua llegó a las carteleras. Tras 13 años de espera muchos nos hemos preguntado si realmente ha valido la pena. Acompañadme en esta crítica en la qué vamos a desgranar una de las películas más esperadas del año.

Una preproducción ambiciosa.

Al igual que su primera parte, el desarrollo de Avatar: el sentido del agua se ha dilatado en el tiempo.  En un principio el director James Cameron tenía pensado estrenarla en 2014, sin embargo el realizador decidió retrasarla. Esto es debido a la planificación de las futuras secuelas y en especial para desarrollar la tecnología deseada por el director. El rodaje de la cinta empezó en 2017 junto a su futura secuela, terminando en septiembre de 2020. 

Una trama bastante conservadora.

Lo primero que podemos pensar es que la historia de Avatar :El sentido del Agua es bastante conservadora. En esta ocasión los sucesos nos trasladan 10 años después de lo acontecido en la cinta original, con nuestro protagonista Jake convertido en el líder del clan Omaticaya y viviendo con su familia. Sin embargo y como era de esperar, los militares vuelven con el  Coronel en forma de Avatar. Desde un principio  tenemos claro por donde va a girar la trama, el coronel busca venganza contra Jake y su familia, siendo obligado a esconderse junto a ella. Pese a no arriesgar, la trama de la película cuenta con un interesante drama familiar, apoyándose en la necesidad que siente el protagonista de proteger a su familia a toda costa. Este simple deseo de Jake nos presenta una evolución clara del personaje respecto a la primera cinta al no desear luchar en un principio. Como era de esperar, se nos presentan a nuevos personajes, destacando a Spider, el hijo del coronel y Kiri, la hija de la científica Grace. También aprovecha para ir presentando el universo de Pandora, haciendo especial  hincapié al clan que vive en el arrecife, los cuales hospedan  al protagonista y su familia. En conjunto parece que James Cameron ha utilizado esta película para presentarnos todo su mundo imaginario y abrir paso a unas secuelas, las cuales espero que tengan más sucesos importantes. 

Un apartado técnico impecable.

Como era de esperar, la dirección de James Cameron vuelve a estar a años luz de muchos directores actuales. El realizador tiene un dominio técnico impecable, otorgando belleza a las escenas del agua, la cual es otra protagonista de esta historia. Por otra parte, saca a relucir todo su ingenio en unas brillantes secuencias de acción, con unos movimientos de cámara bastante virtuosos y unos zoom que nos recuerdan al usado en el lenguaje de los videojuegos. 

Estas escenas de acción se ven totalmente fortalecidas gracias al uso del formato HFR (Hight Frame Rate). Está técnica consiste en añadir fotogramas por segundo desde la propia cámara de cine, proyectándose luego en las salas de cine. En el caso de Avatar, La forma del agua, el realizador decidió rodar ciertas escenas a 48 fotogramas por segundo frente a los 24 fotogramas a los que el cine nos tiene acostumbrados. Esta decisión aporta una grandísima fluidez a las escenas donde predomina la acción, permitiéndonos ver todas las acciones con un grandísimo nivel de detalle y una fluidez nunca vistas anteriormente. Este uso del HFR junto a las otras técnicas utilizadas en la cinta original consigue volver a marcar un hito en el uso de efectos especiales como era de esperar, superando por mucho al  increíble CGI de la primera parte. 

La fotografía a cargo de Russell Carpenter (Colaborador en Titanic y Mentiras Arriesgadas) consigue trasladarnos a Pandora. Esto se consigue gracias a unos tonos vivos y totalmente llamativos, donde la naturaleza brilla en todo su esplendor, dejándonos unos paisajes hipnóticos para el recuerdo. La banda sonora a cargo de Simon Franglen consigue emocionarnos en los momentos clave, con unas melodías al nivel de la anterior realizada por el difunto James Horner, manteniendo la esencia de su obra en todo momento. 

En conclusión.

En líneas generales Avatar, el sentido del agua es uno de los mejores productos blockbuster del año. Pese a su convencional historia con unos grandes toques dramáticos, la película vuelve a estar rodada de manera impecable gracias al uso del HFR y CGI. Obviamente gran parte del factor sorpresa se ha perdido, sin embargo los 13 años de espera ha merecido la pena, otorgánonos otro espectáculo visual, el cual debe de ser visto en cines y más aún con estas fiestas navideñas. 

Gustavo F. A.

Futuro cineasta. Amante del séptimo arte